Ágora (2009)

El tiempo la pondrá en lugar que le corresponde, y ese no es otro que el de una de las mejores películas de todos los tiempos. Parece exagerado, pero nos encontramos ante una producción maltratada por crítica y público y creo que no ha sido comprendida en su plenitud, llena de momentos memorables y de la conjunción de multitud de sentimientos y situaciones "humanas" repetidas a lo largo de la historia innumerables veces.

Amenabar nos ha ido preparando a lo largo de su trayectoria para este momento, dió que hablar como director novel con "Tesis", pasando por "Abre los ojos" en el que se liò un poco para llegar a la estupenda "Los otros" en la que mostró su gran hcer com director de actores sacando un altísimo rendimiento a Nicole Kidman.

Volviendo a Ágora, que da nombre a las plazas centales en las ciudades griegas donde se desarrollaba toda la actividad diaria, es un connjunto de historias con Hipatia como nexo de unión, filósofa representante de la tradición griega del uso de la razón y del preguntarse el porqué de las cosas ... comportamiento tendente a desaparecer por la entrada en escena de la religión cristiana que ya daba sintomas de su poder de amedrantamiento bajo la amenaza del pecado, que despliegaría a los largo de los siguientes 15 siglos, con la Edad Media como punto álgido. La razón como hilo argumental de la historia de la humanidad, con sus claros y sombras en un bucle fascinante y a la vez terrorífico, la cultura griega, el inicio del raciocinio como pilar fundamental del desarrollo humano de la mano de Arsitóteles y con su legado a Alejandro Magno y a Ptolomeo como heredero para acabar en una Alejandría que nos muestra su último aliento.

Ágora se desarrolla en el siglo IV de una Alejandría increiblemente bien reproducida (esta claro que yo no he estado allí, pero debería de haber sido así) como provincia de un imperio romano decadente con  el emperador hispano Teodosio responsable de la ruptura del imperio en el oriental y occidental. Una Alejandría, que ha perdido toda su personalidad egipcia en pro de un mixticismo de religiones: la egipcia, la judia y la creciente religión cristiana.

Nos encontramos ante un auténtico homenaje a la música y al universo como dos expresiones de una misma naturaleza matemática de lo que nos rodea, un universo que se muestra como espectador de la realidad humana, una existencia insignificante que Amenabar nos hace recordar en esos planos, que quedaran para la historia, en los que la atención se aleja del mundanal ruido hacia las estrellas en un ejercicio de humildad.

Dentro de las múltiples historias que nos encontramos en el metraje, no podemos dejar pasar el origen del desarrollo del cristianismo como fuerza política, tomando a esclavos y gentes sin esperanza como semilla que engendrará un movimiento mundial que perdura hasta nuestros días, destronando el pensamiento propio y la capacidad de análisis e introduciendo en su lugar, al miedo.

De Rachel Weisz, se la ha tachado de poco expresiva, desde mi punto de vista borda el papel, introduciendo la serenidad y la sabiduria en contrapartida de la violencia y la ignorancia que la inundan. Una participación a considerar de Max Minghella como el esclavo Davo en un frontón de sentimientos contrapuestos.

Perdonaremos las licemcias históricas propias de este tipo de producciones coomo la figura de la loba con Romulo y Remo (propia del renacimiento), así como la muerte de Hipatia con 60 años. Son aspectos menores ya que no pretende ser un documental.

Una historia que perfectamente podría haberse situado en la Jerusalem actual, desgraciadamente un historia atemporal.

Una auténtica maravilla que deja sin habla, llegando a momentos de extraordinaria sensibilidad.

El tiempo me dará la razón.

PUNTUACIÓN: 9,75

Juanma

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